Feliz cumple NP

Las chiquillas se levantarán las faldas mostrando un poco más  los muslos, los bomberos harán sonar sus sirenas al compás de los tambores de la bandita del liceo que practica la tarde entera y sin sombra. Nadie sabe muy bien por qué, pero Nicanor Parra cumplirá cien años de vida o de estar muriéndose y quizás nunca más se celebrará a un poeta en este siglo como a él. Para empezar a una avenida le pondrán su nombre, habrá carnaval en Valparaíso, olor a orina, sopaipillas en Chillán con su cara, estadios repletos escuchando una victrola recitar la Cueca larga. Los profesores dejarán caer un par de lágrimas repitiendo el verso “y las cuarenta hora semanales” y sus zapatos se llenaran de polvo a ese paso; gigantografías en el Morro de Arica y en las Torres del Paine. Poeta nacional, poeta republicano dirá sin modular la presidenta, la cámara de diputados aprobará una medalla de oro y una sesión en su nombre. Algunos economistas con sentido del humor pondrán versos de Nicanor en sus power Point. Las Cruces será el centro de todas las vacaciones de chilenos y extranjeros, “aquí vive un poeta latinoamericano”; nos olvidaremos de los Veinte poemas de Amor y un estudiante mientras es agarrado a palos por la policía gritará a viva voz “Los vicios del mundo moderno”.  Las chicas modernas tendrán poleras con fragmentitos de “La víbora” y llevarán entre los pechos una foto de la Stella Díaz Varín. Y nos iremos olvidando de otras cosas más, de esas onces que tuvo el poeta con el enemigo, de su silencio en la época militar, del amor mercurial a su nombre y apellido, de su traducción del Rey Lear sin clases bajas. Parra duro y puro, porque los sociólogos y opinólogos estarán en los matinales diciendo “él representa toda la picardía del chileno”, “inventó la antipoesía” y los oficinistas con sus obras completas bajo el brazo, esas mismas chiquillas se tocarán la entrepierna pensando en sus amigos poetas con acné y ropa oscura. Desfiles habrán muchos y un ataúd gigante con una manilla y un mensaje: “girar en caso de resurrección”. Uno que otro cura se reirá, aunque eso ya no le importa a nadie. Varios reclamarán se el verdadero Cristo del Elqui. Puedo ver a Alexis Sánchez dedicándole un gol al antipoeta o a los 33 mineros enviando un mensaje a la superficie con un artefacto sobre Marx o Pinochet y cuando deje de caer papel picado de los balcones, se descorchen todos los vinos, vomitemos de tan borrachos que estamos, las viejas se meen sin entender nada, después de que todos hagamos el amor en el bar La Piojera y los fuegos artificiales abran otro año en la costa, un cabro, un cabro cualquiera de esos que se quedan hasta tarde revisando libros y revistas, de esos malos pa’la pelota y tomar sol, se preguntará si alguna vez leímos a ese viejo de mierda que cumplió cien años, nuestro aguafiestas en la tormenta.

 

Deja un comentario