
Imagine lo siguiente: un portaviones, un faro y un observatorio.
Tome cada uno de estos elementos y únalos.
Una vez listo, láncelos al mar.
Espere durante 10 años a que el poeta Diego Maquieira madure una idea, vaya librería por librería recopilando fotos de nubes, esculturas griegas, conciertos de Miles Davis, construcciones incaicas, un rostro de Goya, la pirueta de un avión, un montón de niños.
Déjelo que anote al azar un verso por cada imagen, una broma, versos no azarosos, algo que para usted no pueda ni llegue a tener sentido.
Guarde paciencia.
El irá hilando una imagen con otra en santo matrimonio. Arrodíllese. Vuelva a levantarse. Dos de estas rezaran a un costado “empuja de aquí toda esperanza”; la primera es la fotografía de una mujer en plena Segunda Guerra Mundial que lo ha perdido todo en los bombardeos, la acompaña en la página siguiente una niña que tira de una cuerda, casi desnuda, hambrienta, avanzando en un basural.
El dolor es empujado por el hambre.
El poeta le responde al poeta Alighieri. Se imprime.
La sucesión de estas imágenes logran que el cabello de una estatua renacentista sea un manojo de de nubes rastrilladas en el cielo. Que un concierto de Davis sea el estruendo de una biblioteca en llamas. Stanley Kubrick frente a las tropas de Barry Lyndon, Brian Jones en dirección a alguna parte, las raíces de un árbol que aluden a Max Ernst.
Escuche ahora lo que dice el poeta, pare la oreja:
a) Yo puedo decir que esta nube es Moisés y el lector lo cree. Esa es la huevá con la poesía. Todo se transforma.
b) Uno puede hacer su propia sinfonía o película. Cada imagen, cada foto es parte del reparto, un instrumento.
c) Este es un libro para niños. A ellos hay que preguntarles. Un ejercicio creativo para el colegio: llevar una radiografía y preguntarles qué ven.
d) Aquí yacen los restos inmortales de Juan Sebastian Bach (dice al apuntar una foto en el libro “Aeropuertos” de Le Corbusier).
Tome asiento. Párese. Vuelva a tomar asiento.
Usted está en la librería Ulises de Providencia, Santiago de Chile. Lo rodean Pablo Sierra, Rodrigo Orellana, Nicolás Letelier y Nicolaj Pavlov.
Diego Maquieira se sienta frente a usted: saca el libro portaviones-faro-observatorio. Lo deja encima de la mesa. Tómelo y dígame qué ve.
Notable, ansiosos esperamos la llegada de Annapurna
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