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La lluvia ayudó a que saliera esta lista. El único criterio que ocupé fue el de escoger canciones que duraran menos de 2:10 minutos, no solo por joder, sino que también porque esos 10 segundos pueden proveer del tiempo suficiente para que una intro cambie ciertos paradigmas en los oídos de sus oyentes. La mayoría de las bandas que aquí aparecen son maestras en el arte de lo mínimo, muchas de ellas como los artesanos que escriben en arroz.
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15. Queen – We will rock you
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La mayoría podría decir “¡que canción más trillada!”. STOP. Trillada y todo, este hit es un himno, no hay nadie en el mundo que no la haya escuchado o que no haya imitado el sonido con los pies en un gimnasio o estadio.  Proveniente del disco “News of the world” (donde también aparece el himno “We are the champions”) no hay duda que “We will rock you” debe instalarse entre las más potentes de entre las canciones cortas y quizás la más coreada. El que piense distinto, puede tomar sus cosas y mandarse a cambiar.
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14. The White Stripes – Fell in love with a girl
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1 minuto con 50 segundos le valen a Jack White para destruir el mundo. Cuando esta canción apareció en las radios, llegaba a ser molesta, estaba en todos lados e incluso en varios comerciales. Por un momento llegué a pensar que volveríamos a los ’50, en donde los n°1 no duraban más de 2 minutos, pero ya ven, se convirtió en un clásico y por mas grupitos que la quisieron imitar, White ha logrado sobrevivir y ser uno de los músicos actuales más interesantes.
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13. Blur – song 2
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No he conocido a nadie que no le haya volado la cabeza “Song 2”. En el documental “No distance left to run”, los miembros de la banda se ríen al citar a los críticos que decían “por fin Blur muestra que tiene cojones”. Y está claro, se estaban revelando contra ellos mismos, contra su mod vuelto beatlemania, con esa estupidez que les dio un tiempo de competir con Oasis… La genialidad tiene esos momentos de profunda desgracia.
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12. The Pixies – Crackity Jones
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¡Jose Jones told me alone his stoooooory! ¡He got friends like Paco Picopiedra, la muñeca! Los Pixies y Wire son de esas bandas que pueden hacer canciones de menos de 3 minutos y ser los más pelacables del mundo.  Lo interesante de esta en particular, es de cómo fusiona varios elementos del surfin’ rock (The Thrashmen, Dick Dale, entre otros) junto con el punk inglés mas acelerado. Es casi inexplicable que Pixies sea menos reconocido que Nirvana, pero son esas cosas raras que pasan en la dimensión desconocida del rock. En «7 ages of rock & roll» Dave Ghrol adelanta un poco esto: «Recuerdo que pense que Smell Like Teen Spirits era un robo a The Pixies, por la base del bajo y por la guitarra que tocaba una sola nota y la bateria… era muy similar a The Pixies».
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11. Creedence Clearwater Revival – Travelin’ Band
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Los Creedence nunca han sido tomados muy en serio, de hecho siempre se los cataloga como “música de papás” o una banda entretenida de los ’60. Que se vayan al carajo esas personas, porque al menos para mí Creedence tiene el merito suficiente de haber tomado los clásicos del rock & roll (que no tenían más de 10 años) y convertirlos al sonido hard rock. A pesar de provenir de California, le devolvieron al sur lo que los ingleses le habían quitado. Incluso, me atrevería a decir que sin Creedence no hay Deep Purple, ni Led Zeppelin ni mucho menos Judas Priest. Así que más respeto cuando hablen de la trevelin’ band.
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10. The Byrds – Wasn’t born to follow
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Estamos todos claros que Easy Rider no es la mejor película del mundo, aunque si un elemento generacional que tuvo la suficiente claridad para incluir en su soundtrack a Stepenwolf, Roger McGuinn, Bob Dylan, los Electric Prunes y a los Birds. Entonces, tomando eso en cuento, si la podemos considerar como un hito importante, como la versión “Wasn’t born to follow” (escrita por Carole King) y a los Birds mismos, una agrupación bastante adelantada a sus tiempos y que fue el soporte para la popularización del joven Bob. Ahora bien, aunque no suene como Rage Against, la dulzura de la canción no nos dejar más que quererla, como un villancico revolucionario.
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9. Tom Waits – No one knows I’m gone
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A mi juicio este es uno de los mejores comienzos que existen: “Hell above and heaven below/ all the trees are gone/ the rain makes such a lovely sound/ to those who’re six feet underground”. Me recuerda un poco la obra del poeta Edgard Lee Masters, que de seguro habrá leído el señor Waits, ya que grafica con la misma pasividad el discurso de un muerto del que nadie se recuerda. Es que este camaleón de la música contemporánea lleva la guaripola de los desamparados, de las vidas mínimas, como esos personajes de las pinturas de Edward Hopper. “Alice” es un disco exquisito, en la sintonía de varios otros desaparecidos.
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8. The Clash – Koka Kola
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“Koka Kola” debería formar parte de la banda sonora de Mad Men, aunque por motivos de contextos estaría claramente fuera. Sin embargo muestra perfectamente el mundo de la publicidad, con la acidez critica que caracteriza a los Clash. Y no solo es una de las mejores canciones cortas, es también la canción corta con la letra más larga, lo cual no es menor: una verdadera muestra del mejor punk.
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7. The Buzzcocks – Love you more
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Steve Diggle tenía una capacidad única para hacer sonar la guitarra y junto con Pete Shelley lograban armonías bastante pegajosas. Digo tenían, porque la última vez que los vi en vivo eran el residuo de lo que fue esa gran banda de Bolton. Las cosas no son para siempre y uno también podría decir que sencillos como “Love  you more” grafican igualmente esa posibilidad, con un final que te hace pensar “qué manera de matar una canción de amor”. Y qué manera.
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6. Brian Jonestown Massacre – This Is Why You Love Me
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Esta fue de las primeras cosas que escuché de ellos y debo decir que recién los vengo descubriendo. Me fue difícil elegir su mejor canción corta, ya que su registro se basa en muestras casi minimalistas de composiciones que se acercan a lo mejor de los Beatles, los Byrds y del rock psicodélico de los ’60. Clasificarlos es complicadísimo, pero este botón musical es toda una delicia.
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5. Cat Stevens – The Wind
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Me encanta Cat Stevens y más cuando llueve. Me trae varios recuerdos de infancia, de esos momentos en que íbamos viajando al sur escuchando el “Teaser and the Firecat” grabado directamente del vinilo a un casete. Esta versión del “gato” Stevens patentiza bastante bien lo que iba a ser su transformación a Yusuf Islam, es decir, su conversión al Corán. Aunque sus composiciones son bastante cortas esta se gana un espacio en la lista por llegar a ser un salmo… y quizás el mejor.
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4. Sam cooke – Wonderful World
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Si tuviera que hacer una lista de las mejores canciones de amor o de las más positivas, “Wonderful World” estaría siempre en los primeros lugares. La letra es perfecta, incluso llega a ser adorable y hace que uno se pregunte “¿Por qué mierda los niños de ahora escuchan raggaeton?”. Tal vez me estoy poniendo viejo o ¿a ustedes también les pasa?
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3. Nick Drake – Pink Moon
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Siento que “Pink Moon” concentra toda la esencia de la música de Nick Drake. En ella esta su melancolía, eco y perfección. Por otra parte posee una letra bastante particular, ya que Drake deja de lado sus metáforas tradicionales y utiliza la alegoría, juega mucho más con los significados de las palabras para dar cuenta de un estado de ánimo. Buen lector de William Blake y en sus últimos días de los poetas simbolistas, este disco de 1972 es toda una experiencia: uno no puede pasarse la vida sin escucharlo.
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2. The Beatles – Yesterday
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Aquí pudo ir “Glass Onion” o “Golden Slumbers” o varias más de su primer periodo, pero “Yesterday”, mas allá de ser otra canción trillada, es también una de las más bellas del cuarteto de Liverpool. Debería llegar el momento en que en las escuelas se enseñe una unidad de los Beatles, en que los profesores deban mostrarle su capacidad compositiva, de verlos ya a la altura de los grandes músicos del siglo XVIII y XIX. ¿Por qué no? Yo recuerdo que mi profesora de ingles nos hacia aprendernos “Yesterday”, “Nowhere’s Man” y otras más que crearon clases memorables, con el hecho adicional que tenias que llegar a la casa a practicarlas, teniendo una fanática de los Beatles como mamá. En realidad hoy se enseñan puras porquerías en los colegios y eso lo digo como profesor y hereje. Al mundo le falta rock.
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1. The Smiths – Please, please, please, Let me get what I want
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A Morrisey le bastan unos segundos para decir lo que muchos hemos querido decir. Eso posiblemente lo convierte en un poeta y a los Smiths en la música de cámara que toca por debajo del recitado; sería un poco injusto pensarlo, puesto que la corta duración de la banda dio resultados en conjunto y que han logrado ser trascendentes. Ahora bien ¿Por qué es la número 1? Porque quiéranlo o no es la mejor fusión entre letra e instrumentalización que he encontrado, no hay ninguna con este nivel de intensidad emocional y ninguna que nos deje tan expectantes tras su abrupto final.

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