Desde un tiempo a esta parte vengo poniendo oreja a algunas joyas del rock brasileño, un verdadero universo paralelo. Y me siento un poco así, como un astronauta que va de planeta en planeta, de disco en disco, topándome continuamente con paisajes inusuales. Ya había escuchado algunas joyas de Os Mutantes, Secos e Molhados, Gal Costa, pero seguir la ruta hacia los ’70 y los ’60 hizo que esta travesía fuera más gratificante al encontrarme con las variantes del folk, el progresivo, el funk, que en Brasil lograron crear una identidad propia y asentada en sus raíces, quizás más profundamente que en cualquier otro caso de Latinoamérica. Entre más escucho, siento que Charly García & compañía encontraron aquí un manantial.

Criaturas da Noite es un LP de 1975 de la banda O Terço, lleno de maravillas sonoras. A ratos puede sonar muy cercano a Genesis o a King Crimson, pero logra despegar en canciones como Queimada, en donde el folklore del campo brasileño logra una sonoridad bellísima y mestiza, que lo acerca a los trabajos de Totem en Uruguay o Los Jaivas en Chile. Les recomiendo ostensiblemente sumergirse en este mar, no se parece a ningún otro.

Zé Ramalho ha sido todo un descubrimiento. Creo que me quedaré mucho tiempo explorando sus baladas como si caminara por una playa desierta. Jardim das Acácias es un tema setentero que no puede faltar en ninguna lista de la época, o de música brasileña, o de música del continente, o simplemente de grandes canciones. Aparecida en la 1978 en A peleja do diabo com o dono do céu es un poema que abraza y celebra la calle contra la comodidad de un hogar como un buen Bob Dylan de Brejo do Cruz.

¡Qué decir de Bacamarte! Depois do fim (1983) es un disco para amar, no cabe ninguna duda. Sonoramente se acerca a las raíces acústicas del folklore nordestino, el barroco portugués y al mismo tiempo llega a ser un potente rock progresivo que no tiene nada que envidiar a los sintetizadores de Emerson Lake & Palmer, ni a un pariente instrumental cercano como los italianos de la Premiata Forneria Marconi. Ufo es la introducción a un disco que es un pasaje de ida, un planeta por sí sólo.