
LA PROXIMIDAD DEL TSUNAMI – Rodolfo Reyes Macaya
“Hay palabras para decir / no vas a volver / Fue una tarde agradable / Esto no es lo tuyo”. Tomo el poema 13 de la primera parte. La proximidad es un libro dividido en tres, la primera y la última en verso y, la segunda, quizás la más sugerente, en prosa. Esa segunda parte podría ser una especie de continuación de Un hombre que duerme, la novela de George Perec: el diario de una voz que lee y cuida un perro llamado Nerón y a la tortuga Plinio, encargo de unos conocidos y entre medio, cavilaciones, negligencias, paranoia. Es ahí donde me surge una teoría: esa misma voz en sus tiempos muertos escribe las otras partes del libro, esos poemas de viajes y esos otros de mutismo mirando un muro. Es sumamente probable. Este es un libro autogenésico, mirado desde esa óptica. Aunque mirado desde otras también: las constantes variaciones, la utilización de pocos recursos como anuncia el epígrafe de Robert Creeley al comienzo: La única sabiduría que tengo es la que me dijo alguien: no tomar ni recibir más de lo que puede manejarse con simpleza. Traer una copa llena desde el pozo”. Y luego, lo otro, es el manejo de la tensión, de esa proximidad. Y el miedo ante esa proximidad, porque ya sea en verso o en prosa, siempre en este libro viene algo que no alcanzamos a reconocer, una sensación siniestra llega hasta nosotros: poemas de la extrema cotidianidad donde el desastre siempre está a punto, su finiquito.
Editorial Zindo & Gafuri, BS AS, 2016.