Notas del cuaderno – #3 – Suave atardecer con Giorgio de Chirico

«Suave atardecer» de Giorgio de Chirico

Cambio a las chicas hipersexualizadas de la clase obrera por Giorgio de Chirico*. Suave atardecer. ¡Qué ganas inmensas de arrancar esas galletas del lienzo! Lo demás muchas rayas, sin dirección. El arte moderno es por sobre todo un vector, una fuerza H, grumos y energía cinética. La pintura obtiene volumen, la escultura viscosidad,  alambres. Lo delgado y lo espumante, un gran botellón de Champagne con sus burbujas colgando desde el techo. ¿Es posible que todo se esté derritiendo? Pensémoslo bien, los museos son una copa de helado puesta al sol: no poseen una forma establecida, mutan, se vuelven células, pantalones ajustables, algo como un jardín infantil. Ridículo intentar determinar su posición: un museo es una forma de llover. Y con todo eso de Chirico y su tarde, intacta, avanzando entre la geometría, con sus galletas recién horneadas.  Se camina, se trasluce la sensación de pasividad, un tedio erotizado, una erección vespertina. ¡Sírvame un de Chirico de la casa! Pero no se ponga exquisito, bastan aceitunas y un queso ni tan bueno. Sazónelo con el último día libre que pueda llegar a tener en una ciudad. Ya está, ahí, sobre una bandeja, el triángulo, el rectángulo, la luz, un verde de fondo. Es todo plano o no lo es y sin embargo la sombra cae y se apodera de una figura tenue y exquisita: la figura que dejamos sobre una silla de lona un domingo, un día que ya pasó.

Sentir un de Chirico de cerca es un agradecimiento silencioso a la nostalgia.

Por Diego Alfaro Palma

* Chicas hipersexualizadas de la clase obrera es un texto aparte que nunca terminé y que es una respuesta a un capítulo del mismo nombre incluído en «Una historia de la Ninfomanía» de Carol Groneman.

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