
El poeta y promotor Diego Alfaro Palma revela las lecturas que forman parte de su biblioteca: una fusión entre poesía, antropología y narrativa.
30 mayo 2022
https://www.gristormenta.com/blog/entrevista-diego-alfaro
¿Cuál libro te ha hecho reír recientemente?
Me reí mucho con Un reflejo en el agua movido por el viento, de Felipe Reyes (Lumen), que es un librazo sobre encuentros y desencuentros entre escritoras y escritores. Está repleto de anécdotas muy graciosas y sacadas de quicio, como el origen de las reyertas entre Neruda y De Rokha, la amistad entre Bishop y Moore o unas historias bien sabrosas de Juan Rulfo.
¿Cuáles libros has regalado o podrías regalar muchas veces? ¿Cuál es el mejor libro que te han regalado?
El que más he regalado es la Poesía de Violeta Parra, publicado por la Editorial de la Universidad de Valparaíso: borde cosido a la vista, tapa dura, reproducción de su obra gráfica, estudios preliminares… Nunca quedas mal con nadie.
Y el mejor libro que me regalaron es Idioma del mundo, de Pablo de Rokha, primera edición y firmada por el autor; llegó en una cajita de fotos Kodak en las manos de mi amigo Patricio Bravo.
Tu editorial —o colección— favorita.
Entre mis colecciones favoritas están la de poesía de Faber & Faber, los relatos de viajes de Volcano, la colección de poesía de la Universidad de Valparaíso, o la de Vidas Ajenas de Ediciones UDP; la de antropología del Fondo de Cultura, y mi favorita favorita, el catálogo completo del Centro Editor de Latinoamérica, creada en Buenos Aires en los setenta.
Tu libro más caro.
La retrospectiva del pintor inglés David Hockney: Hockney’s Picture (Thames and Hudson), que no sé si es tan caro, pero lo compré ahorrándome la plata del almuerzo cuando trabajaba en el stand de Chile en la Feria del Libro de Buenos Aires. Valió la pena hacer el tupper cada mañana durante un mes.
Un libro robado.
Demasiados. Pero el más querido es el Diccionario de los símbolos, de Chevalier y Gheerbrant.
Algo que no hayas leído todavía.
Me gustaría leer la tradición védica de la India, los relatos de viaje de los primeros peregrinos cristianos, los diarios del capitán James Cook, las cartas de Gabriela Mistral y Doris Dana, el libro sobre natación de Al Alvarez, la biografía de Adriana Hoffmann, la Crónica anglosajona (sobre todo la escrita por el rey Alfredo), la recopilación de folclor inuit de Amundsen, la bitácora de Ibn Battuta alrededor de las tierras del islam.
Algo que «tenía que gustarte» y no te gustó.
El Ulises,de James Joyce. Lo intenté tres veces y no.
Algo que hayas aprendido de un libro recientemente.
La manera en que los aztecas unieron la ciencia, la poesía y la religión para resolver el problema del abastecimiento de agua dulce en Tenochtitlan. Barbara E. Mundy explica en La muerte de Tenochtitlan, la vida de México (Grano de Sal) cómo el conocimiento hidráulico se unió al culto al dios Téotl para crear un sistema de diques y canaletas, cada uno de los cuales poseía cantos y rituales que se conectaban con otros dioses, como los de la lluvia y los arroyos, para así servir a la ciudad del elemento vital. En eso estaban los aztecas treinta años antes que llegara Cortés.
¿Qué te ha dado la lectura o qué ha hecho posible?
Amigos que ni imaginaba.
Diego Alfaro Palma (Limache, 1984) es poeta, traductor y editor chileno. Ha escrito los libros Trabajos voluntarios, Litoral Central,Tordo, Bolsas, Paseantes, Los sueños de los sueños de Kurosawa, Bicicentrismo y Mandarinas. Es promotor de la lectura y los libros en Big Sur.